Boda de Destino en Hong Kong y Macao {Winifred & Edmund}

Todo empezó con un “Mi pareja y yo somos de Hong Kong y visitaremos España en octubre. Nos gustaría tener un reportaje preboda en Sevilla“. A aquel email le siguieron unos 50 más en los que Edmund y yo preparamos cada detalle de aquel reportaje en el que el punto cumbre fue la pedida de mano por sorpresa en plena Plaza de España.

Es imposible describir un unas líneas lo que ha supuesto para mí, a nivel personal y fotográfico, la experiencia de fotografiar y compartir con Ed y Wini, no sólo su boda, sino los días que pasamos juntos en Hong Kong.

Todo era tan nuevo, tan diferente, tan excitante que el día de la boda me desperté listo para la acción a las 2 de la madrugada. Y eso que la noche antes estuvimos hasta muy tarde con las familias de los novios tomando cervezas, dumpligs y enseñándonos mutuamente vocabulario básico español-chino.

La ceremonia tradicional china comienza con el novio y sus “groomsmen”, intentan acceder a la habitación de la novia. Allí, sus damas de honor les impiden el paso a menos que demuestren ser dignos superando una serie de “pruebas”. Una vez demostrada la valía de los hombres (y perdida su dignidad por el camino) los novios se encuentran y proceden a la ceremonia del té, en la que muestran sus respetos y agradecimiento a los padres y familiares más directos. Se intercambian los “sobres rojos”, ponen a la novia pulseras de oro con grabados de fénix y dragón (tradicionalmente símbolos que sólo podían usar las princesas) así como un collar con una hembra de cerdo amamantando cerditos como símbolo de fertilidad.

Todo ocurre muy rápido y hay decenas de símbolos y tradiciones, tanto que llegas a sentirte sobrepasado. Acabas por dejarte llevar y fluir con las sensaciones y el momento, haciendo caso del instinto para adivinar qué está ocurriendo y cómo fotografiarlo de la mejor manera posible entre tanto caos.

Si todo ello ya es complejo de por sí, añade que mi papel en la boda era mitad fotógrafo, mitad “groomsman” de forma que alternaba mi lugar delante y detrás de la cámara. Una absoluta y divertidísima locura.

Después de las ceremonia tradicional china fuimos a la iglesia para la ceremonia católica. La verdad es que tiene su punto exótico ver una iglesia de estilo europeo en medio de una cuidad china, y documentar una ceremonia similar a las que fotografiamos en España… pero en el otro extremo del planeta.

Tanto la boda como los días siguientes que vivimos junto a mis queridísimos Ed y Wini fueron una experiencia que jamás olvidaré. Estaré eternamente agradecido, no sólo a Ed y Wini sino también a sus familias y amigos, por habernos hecho sentir como en nuestra propia casa.